Nuevamente acá
estoy fusionando las letras, la meditación al estilo “Duvraska” y el aprendizaje
diario. Hace días que vengo pensando en abordar este tema Miedo-Excusas,
confieso que el titulo provino de noticias del acontecer diario acerca de mi país
Venezuela y justo después de leer alguna de ellas me dije “cuando el miedo
ataca, crecen las excusas” cierto que el gobierno de Venezuela en este momento
pudiese ser llamado el maestro del terror y las excusas cuando se trata de mantener
el poder y no otorgarle al pueblo lo que es de él, cohibiéndole el derecho a exigir la libertad y el bienestar.
El caso del gobierno de Venezuela constantemente se ve amenazado, según ellos, pero
la pura verdad es que el miedo a perder
el poder, se ha convertido en el protagonista de la novela originando las mil y
una excusas para combatir el miedo que sienten en terror atropellador hacia el
pueblo de Venezuela. Lo dañino de este caso, es que el miedo de unos pocos
conocidos como “Revolucionarios” y sedientos de poder no se conforman con vivir
el miedo ellos solos, sino que contrariamente crean consternación en contra de
su propio pueblo y sin escatimar recursos y mucho menos interesarle lo que
provenga de su sentimiento de pánico bloquean sus mentes y buscan bloquear a toda
Venezuela con la creatividad de sus excusas. En fin, yo pudiese tomar como
ejemplo al Gobierno de Venezuela que le queda como anillo al dedo el título de
este artículo; sin embargo, prefiero abordar el tema con ejemplos más sencillos
porque definitivamente hacerlo con el gobierno de Venezuela como protagonista
seria adentrarnos en una “Historia sin Fin”
creada en forma de circo.
Dicho esto,
prefiero abordar el tema de los miedos y excusas con ejemplos menos densos que
la política. Así que podemos comenzar, pintando un escenario en el cual el protagonista
es una persona cualquiera. Una persona, con una ilusión de hacer algo diferente
con su vida. Esta persona desea hacer algo, no sabe qué específicamente, pero está
segura que quiere algo diferente. Una persona
a la cual le vienen mil ideas a la mente y se dice para sí misma constantemente
“Listo, exactamente eso es lo que quiero.” Cambiando de idea continuamente cada
vez que le viene uno de esos pensamientos rebote. Yo le llamo pensamiento
rebote, porque como no tiene claro lo que quiere y aunque cada idea es mal
genial que la anterior, va saltando de un lado a otro sin logro alguno, en vista
que solo crea ilusiones y por tanto no concreta ninguna idea, finalizando peor
que como comenzó. Hasta ahora, solo
describo lo que desde mi perspectiva, sería el principio de como el miedo
comienza a perseguirte incansablemente y así sin poder evitarlo aparecen las
incontrolables excusas. Justo en este punto, es cuando el miedo le entrega la
batuta a las excusas y estas últimas se convierten en el lobo feroz del cuento.
Ese, que solo está esperando que se aparezca contenta caperucita roja, en el
bosque tarareando una canción, para darle otra ración de aullidos y hacerla retroceder,
limitándole su espacio sin permitirle movimiento
alguno. Por otro lado, las excusas comienzan a crecer descontroladamente en la
mente, incapacitando a esa persona y generando siempre la misma repuesta “No” un
no con diferentes apellidos, pero al fin y al cabo un NO, un no puedo, no es
para mí, no me lo merezco, no está fácil, no es conveniente en este momento, no
creo que lo logre, no, y no, y no etc… conclusión el plan no es viable y ni
siquiera se invirtió tiempo en accionarlo. Resultado= Caos, más miedo, más
excusas.
Estimados
lectores no digo que emprender una idea sea cual sea, será sencillo; pero, si
estoy segura que será más cuesta arriba si no se tiene ni la más remota idea de
hacia dónde dirigiremos nuestras energías.
Entonces hay que comenzar por el principio, y este no es otro que visualizar
una meta, tener un sueño cualquiera no importa que tan loco parezca para otros,
ese es tu sueño y meta. Y tú y solo tú necesitas creer en él. Y resalto “creer
en el” porque creer es la clave para
lograrlo. Segundo si tienes una meta y crees en ti, más que en tus miedos y
excusas estarás mucho más cerca de salir airoso de este dilema llamado “Miedo-Excusas.”
Los miedos y excusas siempre atacan, pero la única manera de combatirlos es haciéndonos
más grande que ellos. Es creyendo en las habilidades que tenemos para lograr esa
meta que tanto deseamos. Ahora que tenemos la meta clara y creemos en nuestras
habilidades, el punto siguiente es
agregar un plan para llegar a la meta, es decir, planeamos el camino
paso a paso hacia nuestra meta, como por ejemplo; Que recursos tengo? Que requiero
para lograrlo? Donde encuentro información acerca de lo que quiero? Como me conecto con personas relacionadas a mi
meta? Que habilidades debo mejorar y cuales debo aprender? Que oportunidades
tengo para lograr mi meta en corto, mediano o largo plazo? Cuanto tiempo debo
dedicar a mi plan diariamente? Cual es
mi presupuesto? Basándote en estas y algunas otras preguntas diseñas un plan a
seguir, buscando recursos ayudándote del internet, páginas sociales, amistades,
círculos sociales a los que perteneces, familiares, amistades, etc.
Una vez
creado tu plan restan dos cosas por hacer, Activarlo
y Revisarlo con objetividad para rediseñarlo
si así fuere necesario. Recuerda, Activar
es el punto más transcendental para llegar a la meta, “sin acción no hay resultado”.
Por otra
parte está el plan, el cual debemos manejar con suficiente flexibilidad para
readaptarlo en el momento que se requiera. Ten presente, que tal vez en este punto
del camino, puede que las excusas reaparezcan haciéndote saber que “el plan no es viable.”; sin embargo, en
esta ocasión esta excusa puede ser muy oportuna y de mucha ayuda, pues nos permitirá reevaluar y regalarle más
creatividad al plan original. Ten
en mente. El plan puede cambiar pero, la meta debes mantenerla.
Finalmente quiero concluir, dejándote algunos
puntos principales para que tus miedos y excusas no tomen más fuerza de la
necesaria:
-
Si
deseas algo, enfócate sin distracción. Metas solidas traen resultados seguros.
-
Cree
en ti y reconoce tus habilidades para lograr tu meta.
-
Investiga
y estudia los recursos que tienes y aquellos que requieres.
-
Diseña
un plan de acción flexible y suficientemente maleable para readaptarlo a nuevas
circunstancias.
-
Acciona
tu plan, trabajando a diario por tu meta.
-
Se
constante y perseverante siempre enfocado en tu meta.
-
Mejora
tus habilidades actuales.
-
Gana
nuevas destrezas que te permitan destacarte y acercarte a tu meta.
-
Revisa
tu plan original y readáptalo a tu situación actual.
-
Tu
plan puede cambiar, pero tú meta No.
Hasta el próximo
sueño y recuerda…
Sueña, Activa y Disfruta.